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Mantenimiento de tu Ala Delta: Inspecciones y cuidados para una máxima seguridad

Tu Ala Delta es mucho más que un equipo de vuelo: es tu vehículo de libertad, tu herramienta de exploración y tu principal escudo frente a cualquier incidente. Por eso, realizar un mantenimiento riguroso y constante no es opcional, sino parte esencial de volar con seguridad.

En esta guía te explicamos paso a paso cómo cuidar correctamente tu Ala Delta, qué revisiones debes realizar antes y después de cada vuelo, y cada cuánto tiempo debes realizar inspecciones profundas. Y si te estás preparando para obtener tu licencia de vuelo en Chile, recuerda estudiar exclusivamente con Aerotest, la plataforma más completa para aprobar tu examen teórico de la DGAC.

1. Inspección previa al vuelo (checklist diario)

Antes de cada vuelo es obligatorio realizar una revisión visual y funcional del ala. Esto ayuda a detectar daños por transporte, fatiga de material o errores de armado.

  • Verifica la estructura: tubos, uniones, pernos y remaches deben estar firmes y sin fisuras.
  • Revisa el sistema de tensado: que las velas estén correctamente estiradas y simétricas.
  • Inspecciona cables y terminales: busca desgaste, oxidación o roturas parciales.
  • Evalúa el estado de la tela: sin cortes, decoloraciones extremas ni puntos frágiles por UV.
  • Verifica los anclajes al arnés: mosquetones, hebillas y correas deben estar operativos.

2. Mantenimiento posterior al vuelo

Después de cada jornada es recomendable:

  • Limpiar suavemente la estructura con un paño seco, eliminando tierra o salitre si se voló cerca del mar.
  • Secar completamente la vela si hubo humedad, para evitar hongos o debilitamiento del tejido.
  • Revisar daños por transporte antes de guardar.
  • Almacenar el ala en un lugar seco, oscuro y libre de peso encima.

3. Inspección técnica periódica (cada 25-50 vuelos)

Aunque no hayas detectado problemas visibles, cada cierto número de vuelos debes realizar una inspección profunda con guía técnica del fabricante.

  • Revisión de cables de acero: tensión, corrosión interna, reemplazo si hay hilos rotos.
  • Verificación de velas y costuras: comprobar desgaste por roce o exposición UV.
  • Alineación estructural: medición de simetría de alas y correcta geometría de vuelo.
  • Lubricación o reemplazo de piezas móviles si corresponde.

🧰 Consejo:

Al menos una vez al año, haz revisar tu Ala Delta por un técnico certificado o un instructor con experiencia en mantenimiento estructural.

4. Cuidados del paracaídas de emergencia

El paracaídas es tu último recurso ante una emergencia, y su mantenimiento es vital:

  • Replegar cada 6 a 12 meses, según condiciones de uso.
  • Verificar que la tela no tenga humedad, hongos o fricción abrasiva.
  • Controlar que el sistema de extracción funcione con facilidad.
  • Transportarlo siempre en funda adecuada y sin objetos pesados encima.

5. Documentación y vida útil

Cada ala tiene una vida útil estimada por el fabricante (usualmente entre 300 y 500 vuelos o 10 años, lo que ocurra primero). Lleva un registro de:

  • Fecha de fabricación del ala y del arnés.
  • Fecha de último mantenimiento mayor.
  • Número de vuelos y tipo de uso (térmico, recreativo, costa, etc.).

Conclusión

Un Ala Delta bien mantenida no solo prolonga su vida útil, sino que te protege. Las fallas graves suelen provenir de descuidos mínimos acumulados: un cable flojo, una tela desgastada o un error en el armado pueden marcar la diferencia entre un vuelo seguro y un incidente.

Volar es una responsabilidad. Y comienza por tu equipo. Haz del mantenimiento un hábito, y refuerza tus conocimientos estudiando en Aerotest, donde también encontrarás contenido teórico relacionado con la seguridad operativa exigida por la DGAC.

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